Read with BonusRead with Bonus

Capítulo sesenta y dos

La mano de Bram fue a su mejilla.

—No me pidas que me alimente de ti otra vez —dijo, sonriendo mientras acariciaba su oreja y cuello.

—Pero te hizo sentir mejor, ¿verdad? —preguntó ella, su cuerpo parecía relajarse, aunque no soltó las mantas que la cubrían.

Él asintió, esta vez, apartando la mir...