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Capítulo treinta y nueve

Tyler se sentó con ellos cuando llegó, sirviéndose un plato también.

—Bueno, ya veo por qué te quedaste sin ropa cómoda. Eso pasa si dejas que otros usen tu ropa.

Sus ojos verdes observaban a Bram, quien comía en silencio, mientras que Izabella evitaba su mirada y se sonrojaba intensamente. Bram e...