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Capítulo ciento veintidós

Con un encogimiento de hombros, Izabella frotó la mandíbula de Bram.

—Voy a alimentarlo. Tal vez tú y Gavin aún puedan intentar ir tras el libro. Podría ser peligroso, los cazadores lo tomaron y están en una escala en Ámsterdam. No sé si Eudom puede llevarlos allí o no. Pero no voy a rendirme con é...