Read with BonusRead with Bonus

Capítulo ciento dieciséis

Mientras se dirigían al orfanato, Bram estaba pensativo. Izabella se acurrucaba en el asiento del pasajero, sonriéndole.

—Te dije que ganaría.

—Puedo moverme tres veces más rápido que tú. No debería haber sido posible —le lanzó una mirada de reojo.

Encogiéndose de hombros, Izabella rió.

—Ya hab...