




Julie parte 2
Me desperté con dolor de cabeza y corrí a tomar una ducha fría. Justo después de terminar mi higiene matutina, bajé a desayunar y Claire ya me estaba esperando.
—Buenos días, Julie —dijo con una sonrisa.
—Buenos días, Claire, ¿papá salió temprano otra vez? —pregunté.
—Sí, querida. Pero, pidió que te dijera que no tardaría mucho —dijo mientras levantaba la cabeza para mirarme—. ¿Qué clase de cara triste es esa? —se acercó a mí. Me agarró la cara y me dio un beso en la frente.
—Solo me desperté con dolor de cabeza. Me di una ducha fría y hasta mejoró —le dije.
—Me alegra saber que ha mejorado. Te despiertas demasiado temprano, niña. Además de ser atenta, eres muy sabia para tu edad —sonreí.
Claire siempre decía que a veces parecía un adulto, que siempre podía resolver mis problemas o que me despertaba demasiado temprano. También decía que lograría las cosas fácilmente pero, por miedo a mi padre, me escondía del mundo porque no sabía lo que encontraría ahí fuera. Y de hecho, en parte, esto era cierto. Sí, tenía mis miedos y temores, pero podía darle la vuelta a las cosas.
Un rato después, ya estaba en la sala, tumbada en el sofá, escuchando "You Belong With Me", cuando sentí que alguien saltaba sobre mí. Me asusté bastante, pero pronto vi que era Sophie.
—Sophie, ¿quieres matarme? —dije en serio.
—No, Ju, primero iremos a la fiesta y quién sabe, tal vez termine contigo después —dijo, riendo.
—Tonta —gruñí—. ¿Qué hora es? Me tumbé aquí y ni siquiera vi pasar el tiempo —dije.
—Ya son las dos de la tarde —es bastante aterrador.
—¿Qué? —dije mientras saltaba del sofá.
—Sí, aparentemente has estado tumbada aquí mucho tiempo, amiga —dijo.
—¡Sophie, no lo puedo creer! Hagamos algo de inmediato. ¡La maldita fiesta empieza a las seis! —la agarré de la mano para levantarla.
—¿Por qué crees que estoy aquí? —dijo.
—Entonces vamos —dije apresuradamente.
—Vaya, Ju, ¿qué te pasa? —preguntó Sophie con sospecha.
—¿Qué quieres decir? —miré por encima del hombro.
—Estás diferente. Más emocionada por la fiesta —puse los ojos en blanco.
—Solo tengo un buen presentimiento, nada grande —dije emocionada y le sonreí.
—Hmm, ¿estará tu amor prohibido en la fiesta? —bromeó.
Cuando dijo eso, sentí un frío en el estómago y, puedo jurar, mi corazón dio un vuelco.
—No te hagas ilusiones, ¿vale? Es solo una alegría tonta. Después de todo, ¿cuándo fue la última vez que mi padre me permitió salir? ¿Y más aún contigo? —le dije, tratando de sacar cualquier idea fantasiosa de mi cabeza.
—Tienes toda la razón, así que empecemos a prepararnos porque la noche promete —dijo.
Finalmente, subimos a mi habitación para prepararnos. Sophie insistió en aplicarme una mascarilla facial y, poco después, comenzamos a pintarnos las uñas. Fui la primera en terminar y corrí a la ducha. Tan pronto como salí, mi amiga entró a tomar la suya también. Me hice un moño y luego solté mi cabello. Estaba todo ondulado cuando hice los moños, Sophie se hizo una trenza, y se veía hermosa, ya que su cabello era muy liso. Me puse la ropa que había preparado y Sophie me maquilló. Finalmente, solté mi cabello, mientras Sophie entraba al baño de nuevo.
—Vamos, Sophie, ya son las seis —la apuré.
—Tranquila, Ju, ya voy. Déjame solo retocar tu maquillaje —dijo.
—¿Otra vez? Vas a parecer una pared con tanto yeso en la cara —me burlé.
—Bueno, ¿estás satisfecha? —me miró de arriba abajo.
—¿Qué pasa? ¿Por qué me miras así? ¿Necesito quitarme algo o es por otra cosa? ¿Estoy muy arreglada? —pregunté y me acerqué al espejo.
—No amiga, al contrario, te ves hermosa. Tu cabello está perfecto y ha crecido mucho. Casi te llega a la cintura. Y tu ropa. Vaya, es hermosa —sonrió.
—Tú también estás muy hermosa —dije agradecida.
—No más que tú, pero Julie, puedes estar segura de que todos querrán estar contigo —y aquí viene otra vez con esa charla de ligar con otras personas.
—¿Y esta conversación otra vez? —puse los ojos en blanco.
—Está bien. ¿Olvidamos eso y nos vamos? —dijo.
—Vamos —me acordé de mi padre de inmediato—. Necesito preguntarle a papá si nos llevará —le dije y esta vez fue Sophie quien puso los ojos en blanco.
—¡Haz lo que tengas que hacer! —murmuró.
Cuando Sophie y yo bajamos, notamos que mi papá estaba hablando con Joe, y en el momento en que se dieron cuenta de que nos acercábamos, dejaron de hablar y vinieron hacia nosotras.
—Vaya, se ven hermosas, ¿verdad Joe? ¿No es mi hija hermosa? —dijo papá a su compañero, haciéndome tragar saliva.
—Sí, es muy hermosa —me sentí avergonzada porque Joe no dejaba de mirarme de arriba abajo.
—Gracias, papá y Joe, bueno, vámonos, tenemos que irnos, ya son las seis y media —dije rápidamente.
—Hija, no podré llevarlas, ¿de acuerdo? Tengo algunos compromisos, así que le pedí a Joe que las llevara, ya que estará cerca, ¿está bien? —miré a Sophie, y ella sonrió, tenía un flechazo con Joe. Qué asco.
—Está bien, ¿nos vamos entonces? —dije.
—Vamos, chicas —dijo Joe.
Hablamos todo el camino. Me senté en el asiento trasero y dejé que Sophie fuera adelante con Joe. Como dije, Sophie tenía un flechazo con él, pero el flechazo que quería con él era como, quedarse y terminar. A mi amiga le encantaba ligar con chicos. Estaba muy loca, pero aun así la quería mucho.
Nos tomó unos treinta minutos llegar a la fiesta, ya eran alrededor de las siete. Tan pronto como puse un pie en ese lugar, quise irme a casa de inmediato. Aquello era una locura. Estaba muy emocionada, había muchas chicas bailando encima de camionetas, mucha gente bebiendo, poniéndose pegajosa. Y podría jurar que vi a algunos usando drogas.
Dios mío, ¿dónde me he metido?
Sophie llegó pareciendo una loca. Bueno, menos mal que ya estaba acostumbrada a su forma de ser. Me presentó a varios otros amigos suyos y luego desapareció. Estuve sola un rato, así que decidí salir y quedarme cerca de un coche para tomar un refresco. Empecé a observar más el lugar y de inmediato, vi a mi amiga besándose con un chico, uno muy guapo.
Respiré hondo y, confieso que estaba contando las horas hasta poder irme, en qué trampa me había metido.