Read with BonusRead with Bonus

Lamentando su confesión

Apoyé mi cabeza en el hombro de Joey mientras conducíamos a casa después de recoger a los perros. Él apretó mi mano.

—¿En qué piensas, preciosa?

—En el tío Caleb.

Él me miró de reojo.

—¿Te resulta raro, Maddie?

—Mucho —me reí—. Antes era tan natural, pero ahora es embarazoso. No quiero que pien...