Read with BonusRead with Bonus

Casi reventado

Madison

Sus manos se movieron para agarrar mi trasero mientras me presionaba contra la pared de azulejos. Su boca dejó la mía para besar mi cuello, mientras una de sus manos separaba mis nalgas para que la otra pudiera frotar mi ano. No pude evitar reírme un poco ante su exploración.

—¿Te gustó es...