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¡Adiós, Mace!

—Son demasiados, Simon —dijo Mace mientras derribaba a uno de los renegados. Llevaban luchando más de siete horas, y parecía que los renegados nunca iban a detenerse. Cuantos más mataban, más aparecían.

—Tenemos que seguir luchando, Mace. No podemos rendirnos ahora —dijo Simon mientras ambos se cub...