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¡Despedir al tío Viggo!

Simón escuchó el rugido de un coche frente a su edificio. Al soltar el libro en el que había estado concentrado durante horas para pasar el tiempo, se levantó de la cama con una sonrisa en el rostro y caminó hacia la ventana. Al asomarse, pudo ver a Mace estacionando en un lugar. —Finalmente—, dijo....