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¡Cayendo de un acantilado!

—Va a ser una noche larga, lo puedo sentir —dijo Augusta mientras estacionaba el coche en medio de la calle. Dos hombres la siguieron mientras se dirigía hacia el bosque. Llevaban un extenso arsenal de armas. Ella sacó una vara de táser—. Siempre mantén tus sentidos alerta. Tengo la sensación de que...