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Treinta y cinco

La tensión en el aire era palpable mientras observaba el rostro de Loomis contorsionarse después del golpe que le di. Por un breve momento, sentí satisfacción al verlo tambalearse hacia atrás, sorprendido y herido. Sin embargo, esa satisfacción rápidamente se convirtió en preocupación. Loomis no era...