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Presa perfecta

ROMANY

Antes de que pudiera siquiera tocar la puerta de la oficina de Alex, esta se abrió de golpe con Simone al otro lado. Mi mandíbula cayó. Obviamente había estado llorando y cuando intentó pasar junto a mí, la agarré por los hombros.

—¿Qué pasa? ¿Qué ha ocurrido?

Su labio temblaba, sus oj...