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Capítulo CXXIV: Heridas

El corazón de Isabella dio un vuelco, el terror recorriéndola. Luchó con más fuerza, forcejeando en su agarre, pero el hombre la mantenía inmóvil, su agarre inquebrantable. Justo cuando pensaba que toda esperanza estaba perdida, una sombra apareció en su campo de visión. Pallor.

Sin dudarlo, Pallor...