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CAP. 124

Finalmente, Lady Maro tragó saliva con dificultad y asintió una vez. —Lo... lo tendré listo en unos días.

—Esta noche —dije, y me giré.

—¡Eso es ridículo!

—¿No están aquí las sedas y demás cosas? —levanté una ceja—. Creo que dejarte hasta esta noche es más que generoso.

Ella cerró la boca. Entre...