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Treinta y nueve

Punto de vista de Evelyn

Esperé lo que me pareció una hora para que Sana respondiera a mis mensajes. No lo hacía. Caminaba de un lado a otro en la habitación que Dante me había dado para quedarme. Él no estaba. No podía pedirle orientación ni ayuda. Finalmente, escuché el sonido de mi teléfono. S...