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Capítulo treinta y tres

Punto de vista de Evelyn

No tenía miedo, curiosamente, era como si pudiera sentir que Dante venía a ayudarme. Antes de que pudiera abrir los ojos, él ya estaba allí. Cubierto con la sangre de esos hombres de la hermandad de runas. Cubierto de sangre, pero sin un solo rasguño. Debería haberme sorp...