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18,2

Estoy flotando en una maldita nube. Tanto que ni siquiera me importa cuando Nathaniel la besa. O cuando sus manos acarician sus pechos. Somos tan competitivos en todo el maldito mundo, y sin embargo aquí estamos con Georgina en la ducha, enjabonando su cuerpo mojado como si esto fuera un esfuerzo de...