Read with BonusRead with Bonus

177

Intento mantener la calma hasta que llegamos al coche, pero no es fácil. Estaba tan enojada que pensé que podría atacar a Christian.

Christian tampoco me dice una palabra.

Finalmente, quince minutos después de empezar el camino a casa, exploto con un —¿POR QUÉ DIABLOS NO ME LO DIJISTE?

Él respond...