Read with BonusRead with Bonus

140

—Eh, sí, mamá. Estoy aquí mismo —me froté el brazo, un escalofrío persistente.

Mi padre casi nunca hablaba de su trabajo, pero sabía que tenía clientes adinerados en todo el mundo que se negaban a aceptar su jubilación.

—¿De todas formas? Solo quería ver cómo iba todo por allá.

—Bien, mamá. Igual...