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Hasta ahora. Hasta Isabel. Y ni siquiera me la estoy tirando.

Aparentemente, ahora no puedo sacarla de mi mente, incluso cuando lo intento.

—Me estás ignorando —de pie detrás de ella en la sala de té, le susurro las palabras al oído. Hablo suavemente, consciente de la sala llena de gente, un evento ...