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46.3 Alejandro

—Acaba de despertarse —murmuró él, caminando hacia mí, y yo sonreí, despeinándole el cabello, lo que me valió una mirada de reproche. Pero yo sonreí, y él puso los ojos en blanco con una sonrisa.

—¡Gracias! ¿Has comido ya? —pregunté, y él negó con la cabeza. —¿Entonces a qué esperas? Ve y toma algo...