Read with BonusRead with Bonus

44. Alejandro

—Buenos días —susurró una voz suave en la madrugada. Sonreí, mirando hacia abajo a la mujer a la que no solo puedo llamar mi mejor amiga, sino también mi esposa. Es una locura pensar que ha pasado casi un mes desde el día en que nos casamos e intercambiamos votos frente a nuestra familia y amigos. U...