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Hasta que me digas la verdad

—¿Qué pensé? —preguntó Broderick y de repente le agarró el cabello, tirándolo hacia atrás con mucha fuerza. Sus ojos fijos en su cuello—. ¿Pensaste que estaba bromeando cuando dije que eres mía? —había peligro en sus ojos al decir estas palabras.

Ella gimió de dolor porque sentía que su cabello est...