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No hay nada especial en ti

—Sinceramente, ni siquiera tenía idea de que esta era tu oficina, yo... —Antes de que pudiera decir otra palabra, él cubrió su pequeña boca y nariz con su gran palma.

No podía respirar ni por la nariz ni por la boca y trató de apartar sus manos, pero era imposible. Cuando casi estaba rindiéndose a ...