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No es una broma

Irvin estacionó inmediatamente y volvió a llamar:

—¡Jefe!

—Es la segunda vez que te veo con mi mujer. Es aún más sospechoso que la hayas traído a este lugar privado —dijo Broderick.

—Es mi hermana —respondió Irvin, y Broderick se sorprendió—. La perdí hace muchos años cuando me escapé de casa. Pe...