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Ella es mía

Los hombres de Zach ya habían derribado a los hombres de Greg. Mientras se movían por los oscuros pasillos, escucharon un leve sollozo proveniente de una de las habitaciones. Siguieron el sonido y encontraron a Madison, atada a una silla con una bomba que hacía tic-tac a su lado.

—¡Zach! —gritó ell...