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Esa chica con suerte

Mientras se besaban, las manos de Adrian recorrían su cuerpo, explorando cada centímetro de ella. Krystal gemía suavemente mientras sus labios descendían por su cuello, enviándole escalofríos por la columna vertebral.

De repente, Adrian se apartó, mirándola con una mezcla de deseo y ternura.

—Te de...