Read with BonusRead with Bonus

468

Una vez más, David pellizcó con fuerza la cara de Hania y la obligó a mirarlo. Dijo:

—¿Cómo puedo vivir sin ti? No solo tu cuerpo, tu corazón, todo de ti me pertenece, ¡así que cómo puedes dejarme! Y no te perderé, ni te dejaré ir.

Mientras Hania lloraba sin poder controlar sus lágrimas, aún tenía...