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Cuando el hombre comenzó a quitarse la ropa elegantemente, Hania se sorprendió y tartamudeó:

—Tú... tú...

David la fulminó con la mirada mientras le lanzaba su abrigo sobre la cabeza.

—... Voy a dormir. Por supuesto, tienes que dormir conmigo. ¡Después de todo, tienes que acostumbrarte!

Cuando H...