Read with BonusRead with Bonus

421

En este momento, Hania no se atrevía a mirar a Thomas, quien acababa de darle un trozo de pastel con cara seria.

Ni siquiera se atrevía a pensar demasiado porque Thomas parecía demasiado frío pero virtuoso, como si fuera un Dios que acababa de darle algunas pequeñas bendiciones. Sería blasfemia si ...