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Entonces, no olvidó añadir:

—No te preocupes. Mientras no me hagas daño, no haré ningún ruido. Todo lo que quiero es conseguirte algunas medicinas.

En respuesta, el hombre solo dijo fríamente:

—Sal de la piscina. Te seguiré.

En ese momento, Hania se alegró de haber insistido en envolverse con do...