Read with BonusRead with Bonus

319

En ese momento, David dio una mirada astuta y dijo con picardía:

—Sabes, cariño, si acepto tu petición, tendrás que pagar un precio. No me detendré aunque me lo pidas esta noche...

En un instante, los ojos de Hania se abrieron de par en par y su rostro se puso rojo. ¿Por qué este hombre seguía pen...