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A pesar de la reticencia de Hania, David la levantó junto con la manta y se dirigió al baño.

Solo la soltó después de ponerla en el sofá del baño.

En un instante, Hania asomó la cabeza fuera de la manta y resopló enojada:

—¡¿Cómo puedes hacerme esto?!

Sin embargo, David replicó con confianza:

—...