Read with BonusRead with Bonus

64__ ¡No te necesito! ¡Ja!

Kamilla gimió, dándose la vuelta en la enorme y cálida cama. Parpadeando, abrió los ojos y se quedó quieta, mirando las sábanas a un centímetro de su cara.

—¡Hey! —dijo una voz alegre—. ¿Estás despierta?

Sobresaltada, Kamilla levantó la cabeza, entrecerrando los ojos por encima del hombro. —Uhm......