Read with BonusRead with Bonus

16.

Angelo

—Para. Angelo. No. Puedo. Más —Amelia estaba debajo de mí, tratando de liberarse y manteniendo sus protestas mientras la hacía cosquillas. Para ser honesto, no tengo idea de cómo pasamos de consolarnos mutuamente a jugar salvajemente. Las conversaciones fáciles que tengo con ella me hacían p...