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44. Talia

Sentía la humedad en mis palmas, resbaladizas por el sudor. Después de la cena, Hades la concluyó con un discurso de agradecimiento y pidió a todos que se retiraran a sus habitaciones. Estaba claro que iba a hacer control de daños.

Persephone se acercó a mí, con una sonrisa de disculpa en su rostro...