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33. ETHAN: RETRIBUCIÓN

Me tensé cuando la puerta de mi oficina se abrió y Calib entró.

—¿Has rastreado los olores? —pregunté cuando no dijo nada.

Calib se aclaró la garganta.

—Sí, Alfa. Los hemos localizado.

—¿Quién los atacó?

Capté su vacilación. El silencio continuó extendiéndose entre nosotros. Terminé la frase qu...