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Capítulo 33

El trayecto al restaurante fue tranquilo, tuve que reprimir una risita cada vez que él gruñía y se reajustaba. El hotel en el que se hospedaban el Sr. y la Sra. Lowenstein se veía muy bonito, o al menos el vestíbulo lo era, moderno sin ser frío y estéril. Nos íbamos a encontrar en el restaurante del...