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Capítulo 16

—Sí —respondió ella con la misma emoción. Empezamos a bailar felices.

—¡Mierda! —escuchamos decir a los chicos al unísono. Giramos nuestras caras para mirarlos. Ambos estaban de pie con las mandíbulas apretadas.

El color de sus rostros se había desvanecido. Al ver sus caras enfadadas, Jane y yo no...