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Calidez

Adea

Mi cuerpo estaba lleno de moretones, pero dolía aún más de lo que parecía. Un segundo mis ojos estaban abiertos, al siguiente estaban cerrados. Dolía respirar, dolía moverme, dolía pensar. Dolía solo agarrar las sábanas, pero lo hice y me aferré a ellas. No podía levantarme, mi cuerpo dolía, es...