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Monstruo

Adea

La cama temblaba, el cabecero golpeaba la pared una y otra vez. Cuanto más intentaba moverme, más me daba cuenta de que estaba atada. Luché contra la niebla que mantenía mis ojos cerrados, que me mantenía justo debajo de la superficie. Una mano en mi garganta se apretó y me ahogué al no poder ...