Read with BonusRead with Bonus

Respirado

Adea

Cuando mis ojos se acostumbran a la oscuridad de la sala de reuniones, lo primero que veo son unos ojos de obsidiana mirándome. Mi corazón, que había estado martilleando en mi pecho, se detiene un instante, la sangre en mis oídos ruge, mientras él me observa como si su vida dependiera de ello....