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CAPÍTULO 38: UNA LLAMADA DESDE LA OSCURIDAD

—¡Retrocede, bruja demoníaca, no tienes permiso para interferir!— La Diosa de la Luna se materializó frente a mí en su forma lupina, mucho más grande que antes. Incluso siendo una deidad, podía sentir su miedo ante la criatura que me atormentaba. —¡A menos que desees incurrir en la ira de todos los ...