Read with BonusRead with Bonus

CAPÍTULO 114 - VERDADERAS INTENCIONES

—¡ERAS SOLO UNA ESPINA EN MI COSTADO! —gritó ella con odio—. ¡POR TU CULPA, ÉL LA AMABA MÁS... POR TU CULPA, TU PADRE NOS DEJÓ!

—No, eso no es verdad —lloré.

—Maté a Agatha; maté a tu amado Alfa; y pronto, mataré a tu cachorro protegido y lo drenaré —riendo, se levantó hacia mí, agarrando mi cuell...