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Noche acalorada

La omega comenzó a moverse lentamente sobre la dura longitud de su compañero. Pequeños gemidos salían de sus labios carnosos mientras aceleraba sus movimientos.

—¡Oh, mierda! —maldijo Keiran al sentir la húmeda entrepierna de la omega en su miembro erecto. Lo hacía perder la cabeza.

—A-Alpha, se s...