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75_Más que joyas

¡Maldita sea! Nunca había visto a alguien tan hermosa como Amethyst. Su corazón se agitaba como si ella hubiera tirado de sus cuerdas, estaba desconcertado por ella. ¿Cómo podía él, un hombre tan fuerte, el más fuerte de los hombres, ser tan débil por una mujer que apenas le llegaba al hombro?

—Aqu...