Read with BonusRead with Bonus

51_Sí, te quiero.

Él le dio una mirada, abriendo silenciosamente el horno de carbón ardiente y poniendo la carne adentro.

—Sí, Milana. Lo contrario del odio. Haz con esa información lo que quieras, sé que no me llevará a ninguna parte.

Ella frunció el ceño, deteniendo su floreciente esperanza.

—¿Por qué piensas es...