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36_El rival de un amante

El alivio inundó su corazón tan pronto como lo vio.

—¡Amie! —alguien gritó alegremente.

Amethyst miró las puertas batientes de la cocina a la derecha y vio a Frank saliendo apresuradamente con un delantal atado a la cintura.

—¡Aquí está Amie, todos! —anunció, apresurándose a buscarla en la entrada...