Read with BonusRead with Bonus

Capítulo treinta y cinco: Pensé que era digno de confianza.

Capítulo Treinta y Cinco: Pensé que era de confianza.

Sus labios se fruncieron al escuchar lo que la mujer gorda le dijo. No sabía que debía pagar por los chismes que estaba pidiendo.

—¿Cuánto quieres entonces? —levantando una ceja, cruzó los brazos sobre su pecho.

Aunque sabe que estas mujeres s...