Read with BonusRead with Bonus

Parte 34

El pícaro permaneció inmóvil durante un largo minuto antes de retorcerse de dolor. Sentí un alivio en mis huesos, un suspiro escapó de mis labios entreabiertos. Si algo le hubiera pasado, me culparían a mí. Mi olor está por todas partes ahora.

—¡Maldito enfermo! —escupió Abel, dando un paso adelant...